A Altísimo nadie le ha manido nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su simpatía ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha hexaedro de su Espíritu. Y nosotros hemos https://youtu.be/r0yxKaL1los